Salas de crisis («salas de guerra»), salas de control, centros de mando… Imagínate al presidente de un país rodeado de miembros de su gabinete que le proporcionan detalles al minuto y apoyándose en la tecnología que proporciona información actualizada en tiempo real sobre la situación de emergencia. El presidente debe tomar la decisión correcta, sin tiempo que perder. Una sala de crisis no es una sala de reuniones, y sus necesidades son distintas. Se utilizan para resolver situaciones extremas, problemas difíciles y específicos mediante una comunicación clara y segura y la mejora de los flujos de trabajo. Son salas diseñadas específicamente para la visualización de riesgos o emergencias de un país, estado o incluso una corporación y su objetivo es que los usuarios puedan tomar decisiones de forma rápida, segura y eficaz.
La sala debe estar equipada con tecnología capaz de proporcionar:
Comunicación rápida y directa
Fomentar el trabajo en equipo
Información en tiempo real
Máxima seguridad y fiabilidad
La mesa debe haber sido diseñada a medida, con capacidad para albergar a un número variable de personas y debe disponer de todos los elementos necesarios para una toma de decisiones óptima, desde conectividad hasta monitores y micrófonos. El espacio está diseñado para supervisar , tomar decisiones críticas y comunicarlas en tiempo real . Debe tener en cuenta factores como la fiabilidad, la seguridad, la flexibilidad, la comodidad, la ergonomía y la funcionalidad.
Los monitores no son elementos pasivos, sino un componente crítico y visible de un complejo proceso de gestión de señales de naturaleza muy diversa. A través de los monitores, la información se muestra en tiempo real para facilitar la toma de decisiones de forma rápida, completa y eficaz, incorporando videoconferencias, redes y protocolos de interacción entre distintos equipos. Los responsables de la toma de decisiones requieren unas condiciones de trabajo óptimas que les permitan centrarse en su misión, y las decisiones deben tomarse rápidamente para evitar consecuencias graves y costosas. La tecnología debe estar diseñada para funcionar 24 horas al día, 7 días a la semana, ser duradera y fiable, adaptarse al usuario y ayudar a optimizar el espacio y la mesa.