mayo 7, 2020

El futuro de las reuniones

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Una empresa es un organismo vivo que nace, crece, evoluciona, cambia, late, siente, se excita, se enfada, enferma, languidece, rebrota, ríe y llora. Y también lo son sus salas de reuniones. Si una buena gestión del capital humano es fundamental para el éxito de una empresa, también lo es fomentar las emociones en los lugares donde las personas se reúnen, debaten e intercambian ideas. Por eso está tan en boga el concepto de «crear experiencias», porque trabajar sin emoción es como bailar sin música. Los expertos en danza dicen que todo fluye en cuanto el cuerpo se mueve; la danza nos ayuda a desinhibirnos, a dar lo mejor de nosotros mismos, a olvidarnos de la vergüenza y a expresar nuestras emociones. ¿Has experimentado alguna vez la experiencia de entrar en una sala donde baila la tecnología? Pantallas, micrófonos, cámaras y altavoces aparecen y desaparecen dentro del mobiliario como por arte de magia, mediante un movimiento armonioso, silencioso e inspirador. Y el público sonríe. Sí, sonríen. Y al sonreír son más felices, más creativos y más eficaces. ¡Y más participativos! Piénsalo: ¿Cuántas veces has sonreído durante una reunión? ¿Cuántas veces se ríe la gente de tu equipo o de tu departamento?

 

Muchos nos preguntamos qué pasará con las salas de reuniones en el futuro: ¿desaparecerán las reuniones cara a cara? ¿Serán sustituidas por reuniones a distancia? Los que llevamos unos años en el mercado nos hemos encontrado varias veces con este dilema. Con el auge de la videoconferencia, se predijo que las reuniones cara a cara desaparecerían, y lo mismo ocurrió cuando surgió el correo electrónico. Sin embargo, los humanos nos movemos por emociones; la ciencia ha demostrado que el hombre, por encima de todo, es un ser emocional y no racional. No es la razón lo que nos diferencia de los animales, sino la capacidad de sentir y comprender esas emociones. Y las emociones se demuestran con mucho más que palabras. El 93% de lo que transmitimos a los demás se expresa a través de la comunicación no verbal, incluido el lenguaje corporal y el tono de voz. Esto significa que lo que decimos como tal representa sólo el 7% de lo que queremos decir. Luego están las sensaciones táctiles, las olfativas, la energía que cada uno de nosotros libera y transmite; las sensaciones que no pueden viajar por la red. Nuestra humilde opinión es que las reuniones virtuales y presenciales se alimentarán mutuamente, serán complementarias y no sustitutivas, se nutrirán mutuamente y nos ayudarán a ser más eficaces y más productivos. Coexistirán y nos ayudarán a ser mejores. Probablemente tendremos que adoptar nuevos hábitos: más distancia entre los asistentes y tendremos que cumplir una serie de protocolos de seguridad. Pero las reuniones cara a cara, y especialmente las reuniones importantes en las que hay que tomar decisiones importantes, seguirán existiendo. Piensa en un concierto en streaming, es estupendo pero nunca podrá sustituir a la música en directo. La música en directo nos permite sentir la energía de los artistas, del público, y vibrar y movernos con mucha mayor intensidad.

 

¡Bienvenido a una nueva e interesante era en la que seguro que prevalecerán las emociones!

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