El auge del teletrabajo

En los primeros meses de 2020, muchos de nosotros nos vimos obligados a trabajar desde casa sólo «durante unas semanas». Pero la realidad es que, después de más de un año y medio, muchas empresas -de casi todos los sectores y de todos los tamaños- han tenido que adaptarse a un modelo de trabajo híbrido: en el que algunos empleados vuelven a la oficina y otros siguen trabajando desde casa. Las empresas se dieron cuenta, inevitablemente, de que tenían que permitir a los empleados trabajar desde cualquier lugar para seguir siendo competitivas. Dotaron a los empleados de ordenadores portátiles que permitían esta flexibilidad, adoptaron tecnologías basadas en la nube e invirtieron en infraestructuras que facilitaban el trabajo en cualquier momento y lugar.

La importancia del vídeo para estar conectado

Trabajar desde casa aportó muchas ventajas, pero también puso de manifiesto que las ventajas del entorno físico de trabajo son difíciles de reproducir virtualmente. Los empleados conseguían mantener la productividad trabajando a distancia, pero la falta de interacción y de espacios físicos obstaculizaba la creatividad y la » camaradería«, y la sensación de formar parte de un equipo. Una gran clave para mantenerse conectado era ver las caras de los compañeros, y las videoconferencias se convirtieron en un pilar de la vida laboral. La gente aprendió rápidamente a navegar y utilizar plataformas de reuniones en línea, y a compartir pantallas y presentaciones. Sin duda, la adaptabilidad y la capacidad de responder a los cambios fueron factores críticos para capear con éxito la pandemia.

Pero a pesar del uso de soluciones de vídeo, el aspecto que más echaban de menos los trabajadores era la colaboración interpersonallas reuniones improvisadas, las discusiones de pasillo y en la máquina de café, conocer gente nueva…

Equipos audiovisuales y productividad de los empleados

La tecnología audiovisual ha contribuido a impulsar el cambio organizativo y a hacer que los entornos de trabajo sean más adaptables, manteniendo la productividad. Esta tecnología ha sido crucial para permitir el teletrabajo, y para adaptarse a diferentes tamaños estructurales que pueden ser utilizados por distintos participantes.

Por supuesto, todo el mundo ha sido testigo del auge del uso de aplicaciones como Microsoft Teams, Zoom, Slack, Google Meet, etc. Algunos de los retos han sido hacer que la plataforma seleccionada sea compatible con los sistemas operativos de la empresa, como garantizar una alta seguridad nivella velocidad de la red, la sincronía entre los espacios físicos de reunión y las herramientas virtuales, y la calidad de imagen y sonido para garantizar una comunicación fluida.

Despachos y salas de reuniones

En el primer año de la pandemia, la atención se centró en que las organizaciones equiparan a los empleados con herramientas digitales que les permitieran trabajar con flexibilidad desde casa. Ahora es el turno de los espacios de oficina para tender puentes entre los equipos de trabajo personales y corporativos.

Como hemos visto, el «espacio de oficina» ya no se limita a la oficina. Los líderes empresariales deben plantearse cómo equipar a todos los empleados con las herramientas pertinentes que necesitan para colaborar y contribuir, independientemente de si trabajan desde casa, en el taller, en la oficina o en movimiento. El espacio físico real de la oficina y las salas de reuniones debe ser lo suficientemente atractivo como para que los empleados quieran desplazarse hasta allí, e incluir zonas de colaboración y concentración. Las salas de reuniones y la cultura de equipo tendrán que evolucionar para permitir que se oigan todas las voces y se vean las caras desde cualquier lugar.

Los retos del futuro

Así que, para resumir, es justo decir que el aumento de la digitalización y la automatización requiere una mano de obra flexible e independiente (que se apoye en la posibilidad del trabajo a distancia), que ofrezca una mayor productividad, reduzca los costes y mejorars la capacidad de adaptarse al cambio, pero también atenta para intentar reducir los riesgos de alienación, alteración cultural, falta de motivación, reducción de la innovación, etc.

En el pasado, la innovación y la imaginación de las personas han impulsado cambios que han resultado beneficiosos para los empleados, la empresa y la humanidad en general, y las nuevas tendencias en el lugar de trabajo pueden generar un bienestar positivo. El reto consiste en minimizar uneresultados cualitativos, garantizando que empresas de cualquier tamaño puedan beneficiarse, y preparando a los empleados para estos cambios. Las tecnologías audiovisuales y de TI seguirán desempeñando un papel importante a la hora de garantizar tanto la conectividad como la motivación de una plantilla híbrida, y los proveedores de oficinas y espacios de reunión tendrán que prestar mucha atención a su funcionamiento, y controlar los costes, al tiempo que analizan el rendimiento de la inversión y planifican las inversiones futuras.