Sobrio, elegante, con solera y erigido durante el momento de plenitud de la arquitectura del siglo XIX, pocos edificios de Madrid han tenido una evolución tan acertada y coherente como el de la sede central del Banco de España que se encuentra situada en el emblemático entorno de la Plaza de Cibeles. Su proyecto de construcción se aprobó a finales de 1883 y las obras, en su primera fase, terminaron en 1891, siendo Eduardo de Adaro su principal artífice, aunque contó con la colaboración inicial de Severiano Sainz de la Lastra y, tras su fallecimiento, de José María de Aguilar y Vela.
Superando no pocas dificultades constructivas, estos arquitectos lograron crear un edificio que constituye, sin duda, uno de los ejemplos más poderosos de la arquitectura española de la época, En él, confluyen con gran naturalidad y fluidez los dos caracteres propios del establecimiento: el industrial y el de representación. Una síntesis que se da no solo a nivel estructural, sino tambiénen su programa ornamental, y que es una de las razones que motivó que en 1999 el edificio fuera declarado Bien de Interés Cultural, adquiriendo la categoría de Monumento Histórico.
Desde su inauguración, el edificio ha pasado por un complejo proceso evolutivo que llega a su culminación ya en el siglo XXI, cuando en 2006, coincidiendo con la celebración del 150 aniversario de la adopción por parte de la institución de su denominación actual, el arquitecto Rafael Moneo, galardonado con el prestigioso Premio Pritzker, cierra la manzana con un nuevo chaflán que, configurando un edificio exento y completo, resuelve la necesidad de salas de reuniones y salón de actos.
Dichas salas y el salón de actos fueron equipados en 2005 con monitores retráctiles motorizados. Los monitores suministrados entonces fueron fabricados en acero negro , al igual que la carátula de sobremesa. Los usuarios podían activar el mecanismo de elevación y retracción mediante la pulsación de un botón o a través de un sistema de control remoto. La instalación de dichos monitores dotaba a las mesas de gran versatilidad, ya que permitía su perfecta ocultación en el interior del mobiliario cuando no eran necesarios, y constituían un gran apoyo visual cuando era necesario analizar datos e imágenes.
En el año 2020 se tomó la decisión de substituirlos, ya que los monitores suministrados en 2005 disponían de entradas de vídeo analógicas y tenían formato 4:3. La solución seguía funcionando, pero la tecnología había avanzado hacia formatos panorámicos, de mayor resolución y con entradas digitales. Sin embargo, la mesa noble en la estaban instalados estaba mecanizada para alojar la tecnología suministrada en esa época. ¡Hete aquí una de las ventajas de trabajar con Arthur Holm! La marca adaptó sus DynamicX2 para encajar exactamente en el hueco previsto para las pantallas suministradas 15 años antes. Así, los monitores fueron substituidos por otros acabados en aluminio mecanizado y anodizado en negro, con un diseño elegante de bordes redondeados y protegidos por un un cristal con tratamiento anti-reflejos a doble cara; un diseño más contemporáneo y una placa de vídeo con dos entradas DVI, compatibles HDCP. El mecanismo, más avanzado que el anterior, prevé un sistema de autoajuste mecánico y, una pequeña pantalla LCD accesible desde la carcasa que queda oculta dentro de la mesa, permite el acceso a los parámetros de ajuste y de puesta en marcha de los equipos. ¡Y todo ello sin tener que tocar los huecos existentes en la mesa!
El propio banco de España comenta: “El Banco de España es usuario de los monitores motorizados Albiral/Arthur Holm desde 2005. Utilizamos esta tecnología de forma continuada y podemos asegurar que no sólo es fiable y robusta sino que contribuye a la optimización y a la versatilidad del espacio. Es una tecnología que se adapta perfectamente al mobiliario ya que el fabricante personaliza sus soluciones para adaptarse al mismo, ofreciendo diseño, robustez, servicio y tecnología .”
Productos aplicados en este proyecto
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Monitor motorizado – DynamicX2Ver este producto >